miércoles, 29 de julio de 2015

¿Sabes? Me apetece tenerte a kilómetros sobre mi cabeza.

Cuando crees que te estas ahogando en cianuro,
que los abrazos refugian y no matan,
que ir de la mano nunca es soltarse,
un beso como marca de nacimiento
y la venganza como arma blanca.
Cuando sueñas por que pase un lustro
y no por la aventura de un ensueño,
bebes para no ahogarte,
golpeas la pared para no llorar
y respiras por no perecer y no por mantenerte con vida.
Aparece,
y aparece como el que más,
ese rayo de sol atravesando nubes,
derramando esperanza y vida,
y un suspiro de calma en un escalofrío de mi alma,
que me da la mano cuando solo veo puñales.
Y mi luz tiene nombre y apellidos,
tiene una sonrisa preciosa,
tambien llora
y tambien lleva un beso como marca de nacimiento
y a veces se refugia en mis brazos,
y canta en la ducha,
y se le olvidan las llaves de su casa,
su sonrisa, la mejor opción de los cuatro caminos
que construyen su vida.
Mi luz me salva todos los días,
y menos mal.
¿Sabes? Me apetece tenerte a kilómetros sobre mi cabeza.