domingo, 20 de diciembre de 2015

Cuando recuerdas que eres un idiota.

Hoy es un día nublado,
y te escribo como siempre otra poesía que mandaré a la basura.
Cierro mi ventana
para guardar un poquito de calor en un escalofrío de mi alma
y dejar de oler el petricor que forma el llanto de las nubes.
Ojalá recibiera una perdida tuya
y escuchara tu voz,
melifluo en los recovecos de mis oidos.
Pero aunque solo sea ilusión y consuelo
y sea víctima de una realidad distinta
no soy capaz voluntariamente o no de dejar de recordarte.
Sonámbulo hacia tí.
Mi alba todos los días.
Nostalgia en mis brazos.
Comprendí esos saberes necesarios de la vida
cuando me reflejé en el espejo y me miré,
entonces entendí que sería inmarcesible,
un masoca que no se atreve a naufragar en el olvido,
que combate contra la tormenta si se trata de ti.
Y este ron que ya es vinagre,
que no se trata ya de si tiene sentido o no,
sino de los distintos caminos que tomamos
de los miles que forman nuestras vidas.
Siempre amo lo que menos me ama
y más daño me hace,
así de tonto soy.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Diez palabras que describen mi ego.

Tan efímero como la vida misma
y parece inefable cuando me reflejo en tus ojos ademando,
ellos están ahí, dándome vida.
Pero como la vida misma,
llevé tiempo buscando a alguien que me diera esos saberes,
en estado de resilencia
y anduve en soledad mucho tiempo.
Pero cuando encuentre a alguien que de verdad merezca la pena,
tendré que marcharme,
porque ya no soy nefelibata en un mundo de poco cuerdos,
sino patente a esta cuerda floja
en el que equilibran todos mis fundamentos,
ataraxia conmigo mismo.
Ver, conocer, querer, huir y olvidar,
la limerencia se muestra esfervesciendo por los poros de mi piel,
kilómetro tras kilómetro yo,
me alejo de ti.




martes, 1 de diciembre de 2015

Diciembre.

Diciembre es y será
mi mes favorito del año,
que lleva consigo viento en popa,
las almas de los inocentes,
de quienes entienden la magia,
de quienes nunca crecen,
cuerpo de adultos,
alma virgen
atada al candor.
Copos de nieve que caen
 acariciando corazones,
cuando sientes el abrazo más fuerte de tus hermanos
y el beso en la mejilla de tus padres.
El encuentro de tus mejores amigos,
con los que hablas todos los días
pero lamentablemente es por teléfono
porque la distancia nos ha quitado la vida,
y conversar como nunca,
reir como siempre
o mas alto,
a carcajadas,
o aunque necesites llorar gritando
o gritar que les quieres
mientras compartes cigarro.
Abuelos que nunca fallan,
que estan esperando que les cuentes
como te va la vida
y te arropan entre los mismos brazos de siempre,
refugio necesario ante todo.
Diciembre,
que me pierdes
entre tan poco acíbar,
sin desconsuelo así en treinta y un días
y cerrar otro año increible más,
repleto de diecinueve Diciembres
de diecinueve regodeos.
Y a todas horas yo
repleto de diamantes
por los que daría la vida,
porque no celebro navidad,
ni nacimientos,
ni portales,
ni una estrella en la punta de un árbol,
que las estrellas son las que veo
todos los días del año,
que yo celebro poder
abrigarme un año más
y despues de tanto tiempo
de la gente que yo quiero
con otra pizca más de locura.
Diciembre, te quiero.

Feliz Diciembre.