miércoles, 27 de abril de 2016

Adiós

Hace un par de minutos que anocheció
y pensé que amanecería temprano,
pero fíjate que lloverá en cosa de segundos,
se nublará y me olvidaré de cegarme con el sol.
Parece mentira que ayer estuviese escribiendo como son las comisuras de tus labios
y hoy estoy aquí escribiendo una carta de despedida,
aunque ya no se si serán para tus pupilas
o por todos esos momentos que jamás hemos vivido,
que hoy era día para besarte,
y hoy serían todos los días.
Que con todo esto te afirmo
que todos los días salía de casa sin que tan solo un pelo se moviese
para poder conquistarte,
incluso cambié de corte de pelo,
porque algo me decía que te iba a gustar más.
También que cuando veía algún mensaje tuyo
se me colocaban estrellas en los ojos
y destruía el oxígeno a carcajadas bajitas.
Porque uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde,
y cada copa a quién le toca,
pero lo peor de todo es que yo siempre supe lo especial que eras
sin haber podido tenerte,
porque el puedo siempre me sonó a miedo si se trataba de ti.
Aunque si soy franco, siempre pensé que estaba hecho para estar sólo
aunque con las vibraciones de otras personas que jamás llegarán a igualarte.
El final de esta carta te quiere dar las gracias,
porque al fin y al cabo has sido la mejor inspiración hasta ahora,
ojalá otros muchos puedan recitarte esas palabras que hablan de tí en mis letras,
y que tengan un final inolvidable.

lunes, 18 de abril de 2016

No pierdas por error a quien te quiere, ni quieras por error a quien no le importas.

¿Qué se siente cuando te das cuenta que quieres a quien menos te aprecia, y menosprecias a quién te quiere?
¿Será como ese dolor de cabeza después de un día de resaca, o como un puñetazo en la boca del estómago?
¿Qué se siente al ser tan subnormal?
¿Será que solo soy un masoca que se derrite con tu boca o tu mirada que me provoca?
Ya no me sirven aquellas escusas tan ridículas por darme cuenta que siempre supe lo que tuve pero nunca pensé que lo perdería.
Cada oveja con su pareja
y cada copa a quien le toca
o cada llama a quien le toque quemarse.
Porque hubiera elegido cualquier lugar con tal de que estuvieses tú,
pero decidí aceptar mi mierda,
porque somos el tiempo que nos queda.

miércoles, 6 de abril de 2016

Ella.

Recorría aquellas calles como ese niño despistado,
volaba medio mundo buscando nuevos rumbos, nuevas historias,
y se movía entre las sábanas como el tabaco en el papel,
como el pincel entre las manos del artista.
Tan pronto recitaba versos de Marea como estrofas de Neruda,
era un terremoto.
Aparecen estrellas en sus pupilas cada vez que le cantas una de Roberto Iniesta,
y se le ensanchan las comisuras cuando le dices que todo va bien.
Es una chica droga, engancha con cada uno de sus gestos
y una chica medicina, que te cura todas las heridas cuando más lo necesitas.
Es un trueno en una tormenta de verano,
primero llora y después grita que se va a comer el mundo.
Es mirarla y caer al instante con esos ojos color primavera, alivio, pasajero.
Hipnotiza a todos con sus andares,
mi dama de bares,
oxígeno de ser vivo.
La última en caer, no desiste,
y es capaz de poner al círculo en pie.
Ella es la locura de un poeta, la ilusión del niño, la sabiduría de un anciano,
ella es increíble.
Es capaz de reparar corazones cuarteados, de volver a ponerlos en marcha.
Tiene unas piernas de verso y unos besos de labios
que hechizan a los sabios convirtiéndolos en niño.
Escucha aquella canción que salta en lista cinco o seis veces, adicta a las buenas vibraciones.
Tiene una serpiente de columna que le hace bailar en medio de la calle, y cuando baila parece que vuela.
Todavía es una niña, y siempre lo será, porque afirma que nunca es tarde para morir jóven, porque el corazón no envejece si uno no quiere.
Ella arde pareciendo no apagarse,
incendia y arrasa con todo,
ni mil tormentas pueden con ella,
es el temor de los problemas,
nunca se consume.
Se pone zapatos porque dice que son más comodos para caminar,
pero yo creo que no usa mucho tacones porque sobrepasaría los límites.
Tan pronto es sol en invierno, como sombra en verano,
no mira el pasado sino aprende
y no mira el futuro, improvisa.
Ella es única,
y si algun día no estuviese, si algún día no estuviese notaría partido eso que late.