lunes, 18 de abril de 2016

No pierdas por error a quien te quiere, ni quieras por error a quien no le importas.

¿Qué se siente cuando te das cuenta que quieres a quien menos te aprecia, y menosprecias a quién te quiere?
¿Será como ese dolor de cabeza después de un día de resaca, o como un puñetazo en la boca del estómago?
¿Qué se siente al ser tan subnormal?
¿Será que solo soy un masoca que se derrite con tu boca o tu mirada que me provoca?
Ya no me sirven aquellas escusas tan ridículas por darme cuenta que siempre supe lo que tuve pero nunca pensé que lo perdería.
Cada oveja con su pareja
y cada copa a quien le toca
o cada llama a quien le toque quemarse.
Porque hubiera elegido cualquier lugar con tal de que estuvieses tú,
pero decidí aceptar mi mierda,
porque somos el tiempo que nos queda.

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